Opinión Migración 150820

Políticas públicas contra la trata

Desde hace 10 años el Observatorio contra la Trata del Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos AC (CAM) ha tenido el objetivo de analizar la legislación y la política pública que en materia de trata de personas (TdP) existe en diferentes entidades del país, bajo la perspectiva de género y el enfoque de derechos humanos. El CAM realizó para el presente año el informe Legislación, política pública y trata de personas en Baja California, la Ciudad de México, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas. La elección de las entidades del norte coincidió con que son territorios donde existe mucha migración interna e internacional.

Sin embargo, llamó la atención que la TdP tiene allí más víctimas del propio país que del ámbito externo. Es decir, que la gente migra y es enganchada, sobre todo las niñas, adolescentes y jóvenes, por el desplazamiento forzoso, a causa de la violencia en sus estados, los megaproyectos o la pobreza. En todas esas entidades existe además la violencia por causa de la delincuencia organizada, que afecta directamente el fenómeno de la TdP y la impunidad. Por ejemplo, aunque existe un número de carpetas de investigación sobre trata en 2019 (Baja California tiene 17 carpetas; Ciudad de México, 194; Chihuahua, 44; Coahuila, siete; San Luis Potosí, 14 y Zacatecas, 24), el número de sentencias es mínimo: Ciudad de México 19 (10 condenatorias y nueve absolutorias); Chihuahua, siete; Coahuila, dos, y San Luis Potosí, una. De las otras entidades no se pudo obtener el dato debido a la falta de transparencia.

La TdP es, pues, un delito que queda impune. En la mayoría de los estados analizados no se cubren, en efecto, los mínimos requisitos de política pública en la materia. Esto hace que la política nacional contra la trata no tenga la coherencia necesaria con las políticas de las entidades, y aún menos con la de los municipios. La mayoría de las comisiones o consejos interinstitucionales de los estados se han reunido pocas ocasiones, sin cristalizar su actuar en la elaboración del programa contra la TdPcon su respectivo presupuesto.

En cuestión de albergues para víctimas de trata, sumamente importantes para su seguridad y reinserción en sus comunidades, sólo la Ciudad de México y Chihuahua tienen espacios gubernamentales. Las demás entidades carecen de ellos. Los únicos que tienen un fondo para la atención de víctimas de trata son Chihuahua y San Luis Potosí. La Ciudad de México, pese a la cantidad de casos existentes, no cuenta con un fondo específico.

En un Estado neoliberal, todo se ha convertido en mercancía, y las niñas y las mujeres son las más afectadas en el negocio de la trata de personas. Los flujos migratorios y la pobreza se suman a los aspectos que posibilitan que este tipo de violaciones se presenten y tiendan a incrementarse en un contexto posCovid-19. Este informe evidencia que en la región norte del país prevalece un clima violento, en el que el Estado se encuentra debilitado por la presencia de la delincuencia organizada, así como por la corrupción que genera, lo cual dificulta las tareas de persecución, sanción y atención a víctimas de trata en todas sus modalidades. (Miguel Concha, La Jornada, Opinión, p.20 )

 

Kamala, hija de inmigrantes

En medio de la pandemia -en la que Estados Unidos tiene el mayor número de contagios y muertes de todo el mundo- de pronto el país muestra uno de esos destellos de su grandeza y escoge a una hija de inmigrantes para ser candidata a la vicepresidencia. Kamala Harris es como el futuro de Estados Unidos: una mujer de maravillosas mezclas y distintos orígenes.

Kamala Harris, de 55 años de edad, es hija de una prominente investigadora de cáncer de la India, Shyamala Gopalan, y de un profesor de economía de Jamaica, Don Harris. (Él vive pero su madre murió de cáncer de colon en el 2009). Ambos viajaron a Estados Unidos para estudiar sus doctorados y se conocieron durante las protestas a favor de los derechos civiles en Oakland, California. “Mis padres marcharon y participaron en el movimiento de los derechos civiles en los años 60”, dijo alguna vez en su cuenta de Instagram. “Y es por ellos… que estoy donde estoy. Ellos me abrieron el camino para convertirme en la segunda mujer negra elegida al Senado de Estados Unidos”.

Ella entiende, como pocos, lo que es ser inmigrante o hija de inmigrantes en un estado multiétnico como California, que tiene el mayor número de extranjeros del país. “Uno de cada dos californianos nació fuera de Estados Unidos o es hijo de alguien que nació fuera de Estados Unidos; y yo soy una de ellos”, me dijo durante una entrevista en noviembre pasado en Long Beach, California, antes de la pandemia y cuando todavía aspiraba a la Presidencia de Estados Unidos. “El asunto de la migración -y por extensión los temas que afectan a la comunidad latina- son algo muy personal para mí”. (Jorge Ramos Ávalos, Reforma, Opinión, p.8)

 

Nudo gordiano

El embajador

Christopher Landau se ha colocado como un gran personaje dentro de la política de la región

Cruzó nuestra frontera norte hace un año. Es el más carismático de los litigantes que habremos visto, incluso en series de televisión. El mejor comunicador dentro del gobierno de EU, a pesar de Donald Trump, por algo dicen en redes que merece un mejor presidente. Sin duda. Mañana cumple un año Christopher Landau como embajador estadunidense en México. Si a la salida de Roberta Jacobson, una funcionaria de primera, temimos que su lugar fuera ocupado por alguien con la “línea editorial” del republicano, hoy descansamos al reconocer que quien llegó fue otro funcionario de primer nivel, y qué alivio, pues la relación con Estados Unidos es acaso la más importante en materia de política exterior para nuestro país.

Mientras su presidente incendia todas las causas a punta de un tuit, el embajador Landau se ha convertido en un gran promotor de la cultura mexicana. Y un vaso comunicante entre su gobierno y el nuestro. Lo mismo se retrata comiendo tlayudas que un pozole; o junto a platillos de cochinita pibil, chiles en nogada o tacos al pastor que le presume a su hijo. Muestra sus visitas a museos, mercados y barrios populares en cualquier parte del país. Lo mismo llega a la Roma-Condesa que al desfile militar en el Zócalo o a la celebración del Día de Muertos en Pátzcuaro, Michoacán. No ha limitado sus visitas a variados rincones nacionales. (Yuriria Sierra, Excélsior, Opinión, p.14)