Opinión Migración 020120

Migración y política exterior en México y Turquía

Recientemente, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador celebró el plan de los últimos seis meses para frenar la migración centroamericana que intenta llegar a EU. Desde que se desplegó la Guardia Nacional en Chiapas, el número de migrantes centroamericanos que llegan a Arizona, Texas, Nuevo México o California ha descendido a un ritmo cercano a 25% mensual. Según el canciller Marcelo Ebrard, desde enero hasta Navidad se había “rescatado” a 280,000 migrantes que venían de Honduras, Guatemala y El Salvador. México puede haber deportado a unas 100 mil personas a esos países en los últimos 12 meses. Este año, además, fueron detenidos 50,000 menores de los cuales se deportó a 37,000. Sólo 3,500 personas se han inscrito en la bolsa de trabajo oficial, o sea 1.25% de los detenidos. López Obrador admite que las medidas adoptadas en la frontera sur respondieron a las amenazas de Trump de imponer una tasa de 5% mensual a las importaciones mexicanas.

Esta política migratoria de México, apremiada por una hegemonía mayor y apresurada en su diseño de soluciones, si lo hay, amerita paralelismos con políticas de otros países ante la llegada de migrantes, como Turquía y la crisis de refugiados sirios. Con base en la premisa de que Turquía constituye un tercer país seguro, las negociaciones con la UE culminaron en el acuerdo de 2016, por el cual, a grosso modo, los migrantes irregulares que han cruzado de Turquía a las islas griegas desde el 20 de marzo de 2016 son devueltos a Turquía. Por cada sirio regresado a Turquía desde Grecia, otro es reasentado desde Turquía a la UE. Ésta debe acelerar el pago de los 3,000 millones de euros inicialmente asignados para la gestión de refugiados; también debe financiar otros proyectos para los que disfrutan de protección temporal en Turquía, por 3,000 millones de euros adicionales hasta finales de 2018. Otras concesiones de Europa incluyeron la promesa de liberalización de visas para los turcos. Turquía desarrolló una estrategia para presionar en la gestión de la crisis de refugiados sirios, al presentar a Bruselas, en diversas ocasiones (incluso después del acuerdo de 2016) la posibilidad de “inundar” a Europa con sirios. (Marta Tawi, EL Heraldo de México, Orbe, p. 18)

Pleito inútil

La política exterior de cualquier país se basa en la defensa de los intereses materiales de la nación en su conjunto, y en ocasiones de individuos en particular. El evitar un enfrentamiento con un patán como Trump tiene un objetivo claro: garantizar que la vida de millones de mexicanos dentro del espacio México – Estados Unidos se vea afectada por decisiones irracionales de un ignorante como el primer mandatario del nuestro vecino del norte, y de sus socios proteccionistas que tanto daño causan a la economía de la región.

Por ello el pragmatismo del gobierno de López Obrador y Marcelo Ebrard choca con su propio discurso del nacionalismo revolucionario, cuyo sustento en relación a los Estados Unidos es el de una estrategia de rechazo a los intentos imperialistas destinados a dominar el planeta. La rectificación en torno a los migrantes centroamericanos y la aceptación de las condiciones de último momento impuestas por Lighthizer y sus adversarios demócratas al TMEC, forman parte de esta realidad imposible de modificar. (Ezra Shabot, El Heraldo de México, País, p. 8)

Orgullo de México: nuestras comunidades en EU

Desde que asumí el cargo como primera mujer Embajadora de México en Estados Unidos, establecí como prioridad tener una relación cercana con las comunidades mexicanas. Esta acción atiende la instrucción que recibí del presidente Andrés Manuel López Obrador de apoyar a los mexicanos, fortalecer su defensa y protección y estimular su potencial social, económico y cultural en Estados Unidos.

Para lograr este acercamiento con nuestros paisanos, que son el orgullo de México, en la Embajada hicimos un diagnóstico de las características y necesidades de nuestros connacionales, al entender que las necesidades de la comunidad en California, son diferentes a las de Wisconsin o Michigan. Nuestras comunidades han evolucionado y experimentado cambios en las últimas décadas. (Martha Bárcena, El Universal, Nación, p. A9)

Una importante iniciativa de la SRE

La creación de un Centro de Investigación Internacional para el análisis, reflexión e investigación de los asuntos que mueven las relaciones internacionales y de la política exterior de México, en el Instituto Matías Romero, es una de las mejores noticias del año en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

No es que falte información o conocimiento en la SRE, una de las pocas secretarías que cuenta con un cuerpo de profesionales dispuestos a escuchar y ofrecer información y análisis más allá de la conveniencia política interna. (José Carreño Figueras, EL Heraldo de México, Orbe, p. 17)

El 2020 estadounidense y México

Si bien este año habrá competencias electorales en Hidalgo y Coahuila, los comicios más trascendentes para México en 2020 tendrán lugar en la elección presidencial de Estados Unidos. Si gana Donald Trump, podemos esperar algo similar a 2019. El gobierno estadounidense amenazando al mexicano, y éste último cediendo a sus demandas para evitar la concreción de las extorsiones. La retórica oficial continuará celebrando todas estas concesiones como grandes victorias diplomáticas mexicanas. En su lugar, a fin de aparentar fortaleza internacional, es posible que haya nuevos choques con gobiernos que no puedan amenazar seriamente a México. En otras palabras, poco perjudiciales para nuestro país en términos financieros o comerciales, como el nuevo gobierno boliviano. El mecanismo lo ha explicado con su acostumbrada lucidez la profesora Soledad Loaeza en Nexos. Cito a Loeza “puedo imaginar que el objetivo es compensar, a ojos de la opinión pública, los efectos de la sostenida cesión de soberanía en que se ha convertido la política hacia Estados Unidos. Algo así como: ‘Dicen los críticos que hemos agachado la cabeza frente al presidente Trump’; para que vean qué tan independientes somos, miren ahora lo que hacemos: apoyamos a un adversario del imperialismo —Evo Morales—. Formamos parte —y no— de los gobiernos de izquierda que han llegado al poder en la región”. Fin de la cita. Si la hipótesis anterior es verdad, la sagacidad del canciller Ebrard se confirma una vez más, pues ha logrado el aplauso casi unánime de la prensa. (Raudel Ávila, El Universal, Opinión, p. A13)