Opinión Migración 050921

El Consejero

UPPERCUT: Siguen las escenas dramáticas de violencia contra los indocumentados en Chiapas que buscan llegar a Estados Unidos. Los agentes migratorios parecen gozar las golpizas a los migrantes. Y ante todo eso sigue sin dar la cara Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración, ni siquiera para hacer un llamado enérgico a sus agentes para que paren la violencia. (Alejandro Sánchez, El Heraldo de México, País, p. 5)

S.O.S. Migrante

Recientemente diversos videos de agentes migratorios y elementos de la Guardia Nacional maltratando a grupos de migrantes en Chiapas, incluyendo mujeres y niños, han dado la vuelta en las redes. Esto ha generado la condena de la ONU y de organizaciones de la sociedad civil. El Instituto Nacional de Migración suspendió a los señalados en uno de los hechos y dio parte al Órgano Interno de Control. Asimismo, aunque no con la inmediatez necesaria, la CNDH emitió un pronunciamiento y medidas cautelares. El Presidente López Obrador y el nuevo Secretario de Gobernación minimizaron los hechos y subrayaron que en su gobierno “no se han violado los derechos humanos de migrantes” y que lo ocurrido es un caso excepcional.

La brutalidad policial y el abuso de autoridad no son algo nuevo en México. Se presentan frecuentemente tanto en las detenciones de presuntos infractores de la ley, como en manifestaciones. Para evitar estas conductas, se expidieron la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza; la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; así como diversos protocolos de actuación. Normas que no están cumpliendo su objetivo, por carecer de políticas públicas que las acompañen y recursos para su implementación.

Muchos de los agredidos en las caravanas son personas en movilidad que huyen de la pobreza extrema, violencia homicida y amenazas de muerte en sus países de origen, dispuestos a arriesgar su vida en búsqueda de un mejor futuro. Militarizar las fronteras solo ocasiona que tomen caminos más peligrosos y arriesgados, muchas veces con menores de edad. En los últimos meses cerca del 80% de los que migran lo hacen en núcleos familiares.

Las caravanas migrantes han facilitado el desplazamiento en masa como una nueva forma de migrar. Los contingentes más recientes están conformados por haitianos y centroamericanos que llevan más de un año en territorio mexicano, esperando que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados resuelva sus peticiones de refugio. La COMAR se encuentra rebasada, ya que el presupuesto que se le asigna no corresponde a sus necesidades. Para 2021, cuenta con 44.4 millones de pesos, 3 millones menos que en 2020 y equivalen al 2.8% del presupuesto del Instituto Nacional de Migración. En contraste, de 2013 a agosto de 2021, el número de peticiones aumentó 5,884%. Tan solo en lo que va de este año se presentaron 77,559 solicitudes, superando el récord histórico de 70,405 ocurrido en 2019.

Tanto el gobierno de Trump como el de Biden han presionado a México para que impida el flujo migratorio hacia Estados Unidos, recurriendo a amenazas comerciales e incentivos como la donación de vacunas contra el Covid. De esta manera, la Guardia Nacional en lugar de concentrar sus esfuerzos en el combate a los delitos, ha recibido órdenes de contener la migración. Los agentes migratorios no son propiamente policías, por lo que sorprende aún más su participación en las agresiones.

La contención de masas mediante un mínimo uso de la fuerza requiere de elementos con una alta especialización. Hace falta una preparación psicológica y física, que implica habilidades de diálogo, negociación y empatía; responder de manera pacífica ante posibles insultos y golpes; así como aprender técnicas para sujetar o inmovilizar a las personas sin provocarles daño. Igualmente, se debe informar a los efectivos respecto a las sanciones que pueden enfrentar en caso de no actuar conforme a los protocolos.

Resolver el problema de fondo requiere un esfuerzo conjunto de las naciones de origen, tránsito y destino, a fin de atender las causas de la migración: corrupción, inseguridad y pobreza. Si México ha aceptado funcionar como muro para Estados Unidos, debe preparar a sus instituciones para que respondan sin violaciones a los derechos humanos y contar con una respuesta integral. Asimismo, ambos países deben cumplir los compromisos internacionales en materia de refugio, en lugar de ignorar a los solicitantes. (Eunice Rendón, Reforma, Opinión, p. 10)

Templo Mayor

EN MEDIO de una crisis en la frontera sur de México cuyas dimensiones y gravedad crecen cada día, muchos se preguntan en dónde anda la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra.

PORQUE, fuera de un tibio llamado que hizo a la Conferencia Nacional de Migración el 27 de agosto para “coordinar esfuerzos”, ha guardado sepulcral silencio ante la situación en Chiapas en donde la frontera ha sido desbordada.

PERO HAY otros a quienes ni siquiera les extraña la ausencia de Piedra, pues consideran que difícilmente se va a meter en un asunto en el que tendría que criticar al gobierno federal. (F. Bartolomé, Reforma, Opinión, p. 8)

Afganos sí, haitianos no

Por si le hicieran falta más contradicciones y un doble discurso orwelliano a la 4T, esta semana vimos cómo los agentes del Instituto Nacional de Migración y las tropas de la Guardia Nacional lanzaron una cacería de inmigrantes en Mapastepec, Escuinapa y otros puntos de Chiapas “porque sus derechos humanos corren riesgo”, además de agredir a la corresponsal de EL UNIVERSAL, María de Jesús Peters, mientras registraba con el profesionalismo que la distingue las trágicas escenas de niños y mujeres detenidos y separados de familiares y compañeros.

Como ocurrió en 2019, cuando el agente naranja doblegó fácilmente al “gobierno humanista” de ya saben quien, al amenazarlo con aumentar los aranceles de las exportaciones mexicanas a Estados Unidos de no frenar en seco las caravanas de centroamericanos, haitianos y africanos que parten desde Honduras, una de las razones de la nueva embestida se encuentra en el norte. Con la mayoría conservadora que Donald Trump instaló, la Suprema Corte en Washington ratificó la estrategia “quédate en México”, que obliga a las masas de solicitantes de asilo en EU a permanecer en nuestro país y, mientras más lejos de la frontera, mejor.

¡Lo bueno es que esa política fue llamada “Protocolos de Protección del Migrante!”, por lo que seguiremos atestiguando escenas dramáticas, en tanto la administración Biden libra una larga batalla legal con los jueces texanos que ganaron este round en el máximo tribunal. Sí, desde que la 4T desplegó casi 30 mil agentes y soldados para interceptar a los migrantes, México se transformó en el filtro meridional, en el muro que tanto promovió Trump, quien en su gira de despedida en Álamo -no pudo encontrar un sitio más apropiado- agradeció al “gran caballero” y “amigo mío” de Macuspana por las medidas adoptadas, que por cierto, chocan con el plan que propuso para que la Casa Blanca otorgue visas de trabajo por tres años a los centroamericanos y después los nacionalice.

Lo más duro ha sido el contraste de la represión a los refugiados que huyen de la pobreza extrema y el clima de violencia en sus países con la cálida bienvenida que el canciller Marcelo Ebrard dispensó a cerca de 400 afganos que también escaparon del caos en su lejana patria en el “corazón de la tierra”, como diría el geopolítico Mackinder. Entre ellos hay periodistas y otros profesionales que de asentarse aquí, sin duda contribuirán a enriquecer la sociedad de acuerdo con la tradición de asilo que caracteriza a México, pero… ¿no podríamos empezar por nuestro vecindario?

Ahora que muchos se preocupan por las restricciones que el Talibán probablemente impondrá otra vez a las mujeres afganas, pero nunca cuestionaron los estragos de 20 años de ocupación y guerra desatada por el Pentágono y sus aliados, hay que tener en cuenta también los derechos de las haitianas desesperadas, envueltas en lágrimas, que como informamos aquí claman al mundo un poco de ayuda porque buscan una esperanza para sus hijos tras el terremoto y el asesinato del presidente Jovenel Moïse que agudizaron la inestabilidad en la isla del Caribe.

En fin, siempre será más fácil colgarse la medallita de moda que atender las causas estructurales de un fenómeno que se multiplica en la frontera sur. Ya podemos ver en la mañanera a la ministra de la verdad, Ana García Vilchis, repitiendo la próxima semana: “no es falso que a los haitianos se les golpea, jalonea y detiene, pero se exagera…” (El Foco, El Universal, Online)

Los momentos de AMLO

En los gobiernos existen momentos que marcan el ritmo y rumbo de los acontecimientos. Tienen un orden cronológico, pero no se ajusta a los deseos de los gobernantes, sino a la terca realidad.

Son sucesos, decisiones o acciones que definen un antes y un después. ¿Cuáles son esos momentos en la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

Como Presidente electo: la reunión con mandos militares y la consulta para cancelar la construcción del nuevo Aeropuerto de la CDMX, ambos en octubre de 2018.

El primero, porque después de esa reunión, el Presidente cambió 180 grados el papel de las fuerzas armadas en materia de seguridad; la segunda, porque definió uno de los proyectos de infraestructura más importantes del sexenio, la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles.

En 2019. El 18 de enero, la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo, que se dio en el contexto de la lucha en contra del huachicoleo, ha sido el único desastre en donde el Presidente ha visitado la zona cero.

El 31 de mayo, Donald Trump amenazó con aranceles a los productos mexicanos, si el gobierno de AMLO no detenía a las caravanas de migrantes; para evitarlo, el gobierno mexicano cambió la política migratoria y el papel de la Guardia Nacional.

El 17 de octubre, El Culiacanazo, captura y liberación de Obvidio Guzmán, que puso en entredicho la estrategia de AMLO contra el crimen organizado.

En 2020, el 27 de febrero, el primer caso de COVID-19 en México, porque a partir de ese día y hasta la fecha, las principales decisiones y recursos del Estado mexicano se han destinado a la atención de la pandemia.

El 16 de marzo, Hugo López- Gatell declaró que  “La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio…”,  con esas palabras se quebró la credibilidad científica del vocero de la pandemia, a lo cual siguió la negativa reiterada a usar cubrebocas y el “detente”.

El 8 de julio, el discurso de AMLO en la Casa Blanca fue en defensa de los intereses de México. El 3 de noviembre, triunfo de Biden y el regateo de AMLO al reconocer la victoria del demócrata .

El 9 de noviembre, las inundaciones en Tabasco y Chiapas por el desfogue de presas y desbordamiento de ríos. Días más tarde, el Presidente declaró que él había tomado la decisión.

En 2021. El 24 de enero, el Presidente anunció que se había contagiado de COVID-19, por unos días no asistió a la mañanera. Elecciones del 6 de junio, Morena conservó la mayoría en Diputados, 11 gubernaturas y la mitad de la CDMX, el Presidente se lanzó contra la clase media.

El 1º de agosto, consulta para juzgar a ex presidentes, no se logró el porcentaje para ser vinculante y, en este mismo mes, cambios en su gabinete.

¿Hay más? ¿Cuál agregaría usted? (Onel Ortiz Fragoso, El Heraldo de México, País, p. 6)

Nadie sabe…

Cada partido político genera una línea de trabajo que parte de sus principios y objetivos generales. Todas las acciones de sus miembros, así como sus búsquedas, sus ambiciones, se rigen por el bien común y buscan fortalecer la imagen y trascendencia del partido del que son representantes. Su convicción es el reflejo de una postura ante la vida, la sociedad, y nos permite entender las diferencias que existen entre las opciones políticas que configuran la escena del poder en nuestro país. Ya es cuestión de cada quien, como parte de la libertad que nos define como sociedad, optar por una perspectiva u otra.

En mi anterior colaboración escribí acerca de la enorme tarea que deben asumir los partidos políticos que conforman la actual oposición. En este sentido, el principal obstáculo al que se enfrentan es a su propia historia, aquella que nos habla de cómo dejaron de ser una opción para gran parte de la sociedad y se convirtieron en un pálido reflejo de su pasado. Sin embargo, durante la semana que termina, algunos miembros del PAN y del PRI pusieron en la mesa de discusión otros elementos con los que, ya en perspectiva, han dinamitado la fuerza que habían comenzado a recuperar en el electorado: la falta de visión y empatía frente a lo que necesita su propio partido. Y ya no se diga lo que urge en nuestra sociedad.

La sorpresiva visita de Santiago Abascal —dirigente de Vox, el partido de la ultraderecha española— a las instalaciones del Senado de la República ha provocado que quede al descubierto el pensamiento más radical, principalmente, de algunos miembros de Acción Nacional. Dice la frase popular, “uno no sabe para quién trabaja” y, en esta ocasión aplica a la perfección, pues lejos de motivar la simpatía de la sociedad, en realidad lo que despertó fueron señales de alarma. Y, por supuesto, al actual gobierno le dieron motivos suficientes para ser el ejemplo de aquello que no necesita este país y, además, motivo de escarnio y burla para el resto del sexenio.

Más allá de la torpeza de esta apuesta, hay factores que llaman la atención y, quizá, se encenderían las alarmas si fuéramos una sociedad con mayor capacidad crítica. Sería pecar de ingenuos creer que el pensamiento de la ultraderecha española no existía o había desaparecido en nuestra sociedad. Nada más lejano a la realidad, pues en este río revuelto en el que la polarización es el principal motor del actual gobierno, sacar a flote esa manera de entender la vida y la realidad se convierte en una opción más para ciertos sectores sociales.

La presencia de Abascal es levantar la bandera del racismo, el clasismo, poner en tela de juicio los derechos de la mujer y lo que conlleva la diversidad sexual. Y, ¿quién lo diría?, ofrecer una visión actualizada de lo que es el pensamiento fascista del franquismo español, que no ha desaparecido y que está más presente que en décadas pasadas: ha ganado puestos de representatividad en el gobierno. Nadie con tres dedos de frente ignora que justamente estas características son las semillas de odio que florecen en nuestro país con facilidad y sin miramientos.

¿Qué es lo más preocupante? Con facilidad se quebranta el laicismo en nuestro país. López Obrador lo ha hecho con singular alegría durante sus mañaneras. Pero ahora el discurso proviene de otro lado: “Y señores, vamos a ganar porque es el plan de Dios” —en voz de Jesús Rendón, personaje consentido de este sector— se escuchó y se le aplaudió en aquel evento en el que lo más recalcitrante del pensamiento conservador mexicano salió a relucir. Ganaron muy poco y sólo despertaron la suspicacia de quienes pensarán dos veces antes de votar por gente vinculada a Vox. ¿Carta de Madrid? Vaya manera de ignorar la historia.

Este absurdo fue un regalo para López Obrador y todo su gobierno. Claro, ya tienen más tela para confeccionar un discurso con el que reste impacto a los atropellos que cometen el día de hoy con los migrantes centroamericanos y del Caribe. Porque, en la frontera sur, atentar contra los derechos humanos es un sistema por parte de miembros de un gobierno que se presume “humanista”. Los burros hablando de grandes orejas. (Carlos Carranza, Excélsior, Nacional, p. 13)