El Instituto Nacional de Migración dio a conocer cifras sobre lo hecho en lo que va de esta administración. Durante el primer año del gobierno, recibió 486 mil 625 trámites migratorios, y se prevé que aumentarán a 505 mil al finalizar 2019. Nos dicen que es una cifra récord en los últimos cinco años. (El Heraldo de México, Opinión, p.2)
Lo último que podríamos decir es que el año que concluye fue bueno para los migrantes. Varias de las fotos que el diario The New York Times considera las mejores de 2019 se refieren al proceso migratorio y reflejan la tragedia en que se ha convertido migrar.
Destaca la aparecida en su edición del 24 de junio que capta al migrante salvadoreño Óscar Alberto Martínez y su pequeña hija de dos años de edad en Matamoros, en la frontera entre México y Estados Unidos, ahogados y envueltos en la camiseta del padre, quien así intentó proteger a su hija. Ninguno de los dos gobiernos siquiera reflexionó acerca de su responsabilidad en la imagen del padre y su hija en las orillas del río Grande. Nadie hizo una investigación o modificó mínimamente su política migratoria, responsable directa de estas muertes.
De hecho, a pesar de la importancia del proceso migratorio, de la enorme cantidad de información que muestra sus bondades para las sociedades de salida y llegada y de la vulnerabilidad de los migrantes en sus lugares de salida, trayecto y destino, difícilmente se puede afirmar que alguno de los últimos años haya sido bueno en cualquier rincón del mundo para estos grupos poblacionales (Jorge Santibáñez*, La Jornada, Opinión, p.14)
Unos días atrás, en esta columna hablamos de la salida del expresidente de Bolivia, Evo Morales, de nuestro país. En ella expresé que su partida era definitiva, y no como se intentó hacer creer, que obedecía a que el exmandatario recibiría atención médica en la hermana República de Cuba.
De acuerdo con la información que surgió, se decía que Evo Morales habría de regresar a México después de atender el supuesto problema médico. Nadie creía en la posibilidad de que Evo Morales abandonara nuestro país sin agradecer al gobierno y al pueblo de México la solidaridad que, de forma manifiesta, le expresaron. (Héctor Serrano Cortés, El Universal, Opinión, p.16)
Finalmente se resolvió el caso del embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, acusado en Buenos Aires de la sustracción de un libro. Marcelo Ebrard informó que le aceptó al diplomático la renuncia que éste le presentó al cargo por motivos de salud, pues padece una enfermedad neurológica de la que ha sido tratado en el pasado y nuevamente ahora. Esto, luego de que se difundiera información en el sentido de que podría haber ocurrido otro incidente parecido al que pudiera estar ligado. La Cancillería le reconoce a Valero ser una gran persona y afirma que recibirá el apoyo de su familia. El tema se encontraba ya en el Comité de Ética de la SRE, que debía pronunciarse en torno al caso. Al final procedió la renuncia. (La Razón, Opinión, p.2)