Opinión Migración 300719

Ciudad Perdida // El país de la impunidad

El atentado en la plaza comercial Artz ha dejado tras de sí una serie de preguntas que nos cuestionan sobre lo vulnerable que puede ser el sistema de control de migración y la ineficiencia con la que puede sobrevivir un aparato de inteligencia que tendría que saber a ciencia cierta quiénes pisan el territorio nacional.

Y es que, como ya lo hemos dicho, por todos los rincones de los gobiernos pasados existe, cuando menos, la sospecha terrible de la corrupción. Debemos decirlo de otra forma: la mano del gobierno, del control por medio de la ley, dejó de existir. Gobernó entonces el convencimiento por medio del interés económico, de la compraventa de voluntades.

Hablamos de esto con referencia a lo ocurrido en Artz porque no es posible explicarnos la presencia de Benjamin Yeshurun Sutchi -uno de los dos israelíes asesinados en la plaza- si no es desde la perspectiva de la corrupción, ya que este sujeto, considerado de alta peligrosidad en Israel, ya había estado en México, salió luego de ser atrapado por la policía mexicana y regresó, sin mayor problema, al paraíso de la impunidad.

No tenemos información del pedido de extradición ni de los trámites que por ley debieron cumplirse para tal efecto, pero es de suponerse que los datos del criminal debieron quedar en los archivos de las policías mexicanas que habían recibido de la Interpol la ficha roja que identificaba a Sutchi como un delincuente de alta peligrosidad. (Miguel Ángel Velázquez, La Jornada, p. 30)

Apoyamos el Plan para CA

El mes pasado, en una carta dirigida al Señor Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, manifesté la voluntad del organismo que presido de apoyar el Plan de Desarrollo Integral para México, Guatemala, El Salvador y Honduras.

Para ello pusimos a disposición nuestros programas de cooperación y nuestra experiencia en iniciativas de desarrollo, ofreciendo canalizar los recursos del FOMEXCID (Fondo Mexicano de Cooperación Internacional para el Desarrollo con Iberoamérica) hacia actividades concretas e inmediatas en el Triángulo Norte, con el objetivo de salvaguardar los derechos humanos de los migrantes que ahora atraviesan una situación sumamente crítica y de apoyar a las comunidades locales en la ardua tarea de recibirlos.

El Plan de Desarrollo Integral es quizás la mejor muestra de la respuesta latinoamericana a la interpelación migratoria. Una respuesta que mira al fenómeno no como un reto de seguridad sino de desarrollo. Que busca atacar las causas estructurales y que coge fuerza de los valores que han hecho de nosotros una región abierta, como una orilla, al mundo.

Quiero, por tanto, como Secretaria General Iberoamericana y a título personal, hacer un llamado a la ciudadanía centroamericana y a la comunidad internacional a que sumemos esfuerzos, en el marco del Pacto Migratorio de Marrakech, hacia el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica.

En estos cruciales tiempos que atravesamos, nuestra región tiene la oportunidad de dar el ejemplo. De encontrar la solución correcta a uno de los problemas más importantes de la época. Hará falta mucho esfuerzo y compromiso. Tener una mirada de largo plazo. Atarse al mástil para no oír los cantos de sirena, ni contagiarse del pesimismo que este debate tiende a despertar. (Rebeca Grynspan, Reforma, p. Nacional 9)

Tres en raya // Número de la ONU del crimen: 120,000,000

Hace días, La Jornada publicó en su Rayuela una broma a propósito del asesinato de dos israelíes en la plaza Artz: “Mafias coreanas, rusas, chinas, italianas y ahora israelíes. ¿Nos convertiremos en las Naciones Unidas del crimen?”

Que nuestro país sea sede de la ONU del Crimen es un problema heredado, no hay la menor duda, pero ya deben resolverlo el presidente López Obrador y su secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.

Debería Andrés Manuel empezar por endurecer los controles migratorios no únicamente a los centroamericanos pobres en la frontera sur, sino a los capos internacionales que, por lo visto, entran a México con absoluta tranquilidad. ¿Podría Marcelo Ebrard — en los hechos jefe de Migración— complacer no sólo a Donald Trump impidiendo la entrada a México a guatemaltecos, salvadoreños y hondureños humildes, sino también imposibilitando el ingreso a delincuentes elegantes que llegan en primera clase en aviones comerciales o inclusive en jets privados? ¿Es mucho pedir?

Pero la mafia foránea empistolada, por fifí que sea, no es la que manda donde importa: en las finanzas. Los jefes son otros. Los que, como el abogado Juan Collado, mueven 120 millones de dólares en cuentas en Andorra. (Verónica Malo Guzmán, El Heraldo de México, p. 11)

Columna invitada // La mafia israelí con permiso de trabajo en CDMX

El miércoles de la semana pasada se registró una balacera en la plaza Artz Pedregal, ubicado en la colonia Jardines del Pedregal, alcaldía Álvaro Obregón. Dos ciudadanos de origen israelí fueron asesinados, Alon Azulay y Jony Ben Sutchi. Las autoridades indicaron que uno de los hombres murió en el lugar y el otro fue llevado al hospital, donde falleció a causa de sus heridas.

Lo que se sabe de Ben Sutchi, asesinado en Artz Pedregal, es que fue de los delincuentes más buscados en Israel, ya que se trata de un defraudador, homicida, narcomenudista buscado y detenido por la Interpol, incluso tenía antecedentes penales tanto en la Ciudad de México, como en su país de origen, Israel.

No vemos ningún cambio en el tema de seguridad en la Ciudad de México de hecho hoy estamos peor que antes. Tampoco podemos dejar pasar por alto un hecho que resulta impensable, que el Instituto Nacional de Migración otorgue permiso de trabajo a los extranjeros, sin verificar sus antecedentes penales. Hoy sabemos que Alon Azulay era un terrorista israelí y la pregunta sería ¿Cómo fue que se autorizó su legal estancia? ¿Cómo se le dio una autorización de trabajo en nuestro país? ¿Existió un acto de corrupción para el otorgamiento de dicho permiso o fue un acto simplemente consentido? (Olivia Garza, Contra Réplica, p. Principal 11)

Actuar sobre el futuro

El gobierno de Morena tiene un plan: el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND). Con esta herramienta constitucionalmente obligatoria quiere actuar sobre el futuro. Gran parte del statu quo lo vio con enojo y con burletas. Esperaba (inúltilmente) ver un documento propio de la ortodoxia neoliberal, mientras ésta era despedida de diversos aspectos de la vida económica del país; subsisten, sin embargo, otros aspectos de la ortodoxia que actúan con gran peso determinante del futuro: anotemos en primer lugar la política macroeconómica, no hay lugar a una política anticíclica.

Permanece el mismo marco fiscal y el gobierno parece convencido de la necesidad de mantener a toda costa un superávit primario anual; esto proviene de la creencia de que las finanzas públicas deben ser operadas como las finanzas personales: no se debe gastar más de los ingresos y, cuando se tienen deudas, debe gastarse menos aún (de ahí el superávit primario). Adicionalmente, el Banco de México continúa con una política también ortodoxa. El informe de AMLO el primero de julio pasado mostró las muchas cosas que pueden hacerse aun con ese marco de restricciones; con todo, el futuro tendrá un alcance menor a su potencial efectivo; otro destino tendríamos si ese contexto macroeconómico fuera descartado.

El PND tampoco se propone actuar sobre el contexto externo. Con seguridad México tendrá que hacer muchas cosas de cara a las restricciones externas, pero no están expresadas en el plan. Por ahora el gobierno actúa de cara a la coyuntura (amenazas de aranceles, problema migratorio). Ha recibido a algunos representantes externos, pero no parece haber un plan hacia el exterior frente a las tendencias adversas del entorno mundial. (José Blanco, La Jornada, p. 17)

Política Cero // ¡Que Lozoya compre el cantón de Zhenli Ye Gon!

Don Emily (Lozoya) puede aparecer en pantalla como un influencer-yutubero-instagramero de confianza imitando a la nada clasista #LadySabritones, y despotricar de mi licenciado Peña, Videgaray, Osorio Chong & Friends. Y si eso no basta para cimentar su credibilidad, quizá pueda recurrir a sus capacidades de encantador de serpientes como en lo de Odebrecht, Agronitrogenados y Fertinal para conseguir ganarse la conmiseración de los mexicanos. O comprar esa casa Art Narcó-Nacó de Zhenli y convertirla en albergue, con todos los gasto pagados por Lozoya, para migrantes centroamericanos, prófugos de la re-re-represión en el Jalisco de Alfaro y los próximos perseguidos por manifestarse en Tabasco. Igual es chicle y pega. (Jairo Calixto Albarrán, Milenio Diario, p. nal47)